martes, julio 10, 2007

Talibanes catalanes ( El Periódico de Aragón - 26/06/2007 )

No puede ser que un consejero de la Generalitat se vuelva de rositas y con un botín de frontera a su pujante nación.

Un señor Tresserras, Joan Manuel, de Esquerra Republicana de Cataluña, y consejero de Cultura de la Generalitat, acaba de pronunciarse con desdén hacia las resoluciones vaticanas favorables a la restitución de los bienes de la Franja a las parroquias aragonesas. "¿Es relevante esa información que nos llega desde Roma?", se pregunta, con tonillo, este señor y talibán Tresserras.

Pasa con estos fanáticos tan hechos a revisar y reescribir o reinventar la historia que acaban creyendo en sus propias patrañas. Sabido es, y aquí se ha denunciado con frecuencia, que CiU y ERC llevan años manipulando los hechos históricos, construyendo, como castillos en el aire, las proezas fundacionales de la Cataluña milenarista, de la vecina nación y de su mediterráneo imperio. Ningún historiador serio presta atención a tales leyendas, pero al pueblo llano, al catalán de lo suyo le va calando esa lluvia fina, ese majestuoso sonido a emperadores y reyes, a testas coronadas dignificando las cabezas huecas de la actual Generalitat y, en consecuencia, va dando por bueno un hurto artístico por aquí, un expolio patrimonial por allá, un Museo Nacional, el de Montjuich, que es un fraude en su propio concepto, y hasta una modificación de fronteras y linajes, de alianzas y sangres.

Aragón, por el contrario, en su orgullo histórico, jamás ha tenido necesidad de recurrir a semejantes artificios. La verdad permanece en las dinastías, en los hechos de armas, en los fueros, en las conquistas.

Nunca se ha considerado el aragonés diferente, sino paritario, sino integrador. Cuando, sin embargo, le toman el pelo, cuando el partido de Carod, además de, por ejemplo, pretender implantar el catalán como lengua oficial en Aragón, apoya el expolio de los bienes de Barbastro y Monzón, y llega a decir, por boca del señor Tresserras, que la propiedad de la diócesis de Lérida sobre esas 113 obras artísticas en litigio está más que probada, que Roma no tiene razón y que la Generalitat recurrirá a los tribunales civiles para conservar lo que dicen es suyo, a lo mejor ese mismo pacífico aragonés comienza a enfadarse.

Yo creo que, además de recuperar de inmediato los tesoros artísticos, el Gobierno aragonés debería plantearse la posibilidad de llevar a juicio a todos esos consejeros de Cultura, alcaldes y obispos que, burlándose de la jurisdicción religiosa, de Benedicto XVI y del sumsum corda persisten en argumentar el expolio como un derecho irrenunciable. Pues estos personajillos --de los que, en pocos años, no quedará memoria-- están, efectivamente, causando un grave prejuicio a nuestra comunidad autónoma, y un gasto en gestión del que asimismo deberían resarcirnos. No puede ser que un señor, por púrpura que tenga el bonete, haga de su capa un sayo donde hacer desaparecer cuadros y cálices, o que un consejero, por dura que tenga la cara, se vuelva de rositas y con un botín de frontera para su pujante nación. La ley tiene forzosamente que poder condenar esta clase de actitudes, o el expolio de Lérida acabará por sentar precedente.

Como lo están sentando, como insolidarios, las huestes de Carod, un partido que hará flaco favor a la cultura catalana y un roto, si puede, a la aragonesa.

Escritor y periodista

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